¿Qué está pasando con la modernización del sector público en Latinoamérica y su integración con el mundo privado?
noviembre 10, 2021¿Qué está pasando con la modernización del sector público en Latinoamérica y su integración con el mundo privado?
La transformación digital de los Gobiernos ha cobrado relevancia por cuanto la tecnología ha impactado la vida de los ciudadanos y ciudadanas, en su aspecto laboral, personal y social, y ahora esperan un Estado que atienda sus necesidades de manera moderna, ágil y eficaz. Es por esto, que la transformación digital de los Gobiernos ha llegado para quedarse y está obligando a cambiar la forma tradicional en que se vienen haciendo las cosas al interior de algunas entidades públicas, y ha incentivado a trabajar con empresas que ofrezcan llevar al Estado a este nuevo y necesario nivel, ya sea para entregar soluciones a su gestión interna como para responder a las necesidades sociales.
Pero esta nueva alianza público privada, con foco en la modernización tiene desafíos. No solo para los servidores públicos y gobiernos que encuentran dificultades a la hora de innovar y buscar modernizar el Estado, sino también para sus contrapartes, que son las empresas, fundaciones, centros de estudio, etc. que buscan dar solución a los desafíos públicos de gobiernos centrales y locales. Estas empresas o iniciativas se caracterizan por proponer nuevas formas de hacer las cosas ante desafíos que enfrenta el sector público, además se mueven cómodamente en ambientes que propician metodologías ágiles, iteraciones e innovación, pero muchas veces esos conceptos no logran penetrar de manera fácil en estructuras que tienden a ser más rígidas y burocráticas en algunos servicios del Estado.
Cada vez se hace más claro que los gobiernos deben subirse al tren de la transformación digital, ya que los desafíos públicos y la ciudadanía, cada vez más empoderada, pide gobiernos más ágiles, transparentes y eficientes. Es aquí cuando empresas tecnológicas o govtechs (gobierno + tecnología) ponen a disposición de los gobiernos su innovación y sus tecnología, para entregar soluciones a problemas sociales y desafíos públicos, con alto impacto y valor público.
Pero hay barreras en cada lado. Para los gobiernos, los desafíos públicos son complejos y si bien, se logra identificar el problema, es difícil lograr una solución desde la tecnología. Además, los proyectos se ven afectados por los ciclos políticos, o se ven estancados en periodos de elecciones. Otro factor es que, muchas veces los servidores públicos no cuentan con capacitaciones en metodologías ágiles y proyectos que requieren transformación digital y la cultura organizacional del mundo público termina poniendo barreras a los avances.
Por otro lado, las empresas tienen que lidiar con la burocracia y los ajustes de tiempos que surgen por las urgencias y/o contingencias que son parte del sector público y para el mundo de las empresas, sobre todo las Startups y Mipymes, esto muchas veces puede afectar la continuidad del negocio, por no tener espaldas para esperar que los ciclos de pago ocurran. Por eso una buena práctica es que se realicen pilotos, que permiten que las empresas validen su solución y aprender del desafío público, para ajustar rápidamente su modelo y así lograr un trabajo no solo que entrega valor, sino que es replicable y escalable al resto del Estado.
¿Cómo avanzar en eliminar estas barreras de lado y lado?
Hoy podemos ver cómo han empezado a tomar fuerza los “Laboratorios de Gobiernos”, “Laboratorios Govtech” o “GovtechLab”. Independiente si su nombre es en español, inglés o una combinación, tienen como objetivo acelerar la transformación digital de los Gobiernos, conectándolos con las empresas que hacen uso de metodologías innovadoras, tecnologías exponenciales para que en conjunto pueden colaborar en mejorar la vida de cientos de miles de personas que dependen de un Estado que atienda sus necesidades de manera moderna y eficaz.
Un ejemplo de este nuevo fenómeno en la región, es Brazillab, que busca acelerar empresas que buscan validar sus modelos de negocio B2G (Business to Government) para vender al sector público. Además, cuentan con el Sello GovTech que no solo acredita que la empresa está en condiciones de entregarle servicios al Estado, sino que le permite entrar a una red. Este tipo de iniciativas permite generar puentes de confianza entre ambos mundos, además de abrir oportunidades a Startups extranjeras que quieran comenzar a operar en el país.
En Chile hay una experiencia distinta, que es el Laboratorio de Gobierno, que a través de su programa de Innovadores Públicos, busca sensibilizar a quienes trabajan en el Estado, sobre metodologías ágiles, y comprender la importancia de la transformación digital. Esta iniciativa, también permite acelerar el cambio cultural en los funcionarios públicos para así modernizar el Estado.
También está el caso de Milab, el Laboratorio de Govtech de Colombia que “busca acelerar la transformación digital del Gobierno Nacional conectándolo, a través de estrategias de colaboración e innovación abierta, con emprendedores y pymes que hacen uso de tecnologías exponenciales y metodologías innovadoras, para promover mejoras en la eficiencia del Estado y robustecer su infraestructura digital”.
Otra experiencia a destacar, es el caso de Fondo Córdoba Ciudad Inteligente, quienes buscan incentivar la innovación social y modernización del Estado y generar avances en digitalización en áreas como salud, servicios, vida ciudadana, etc., y tener procesos más ágiles y enfocados en la ciudadanía.
Por su parte, la Corporación Andina de Fomento (CAF), banco de desarrollo de América Latina, El Caribe, España y Portugal, a través de su Govtech Lab de CAF, impulsa la oferta y la demanda de innovación GovTech en la región, a través del trabajo articulado entre gobiernos, laboratorios de gobierno y empresas govtech, para potenciar la innovación y la modernización de los Estados.
Esta integración entre empresas tecnológicas y gobiernos, permite poner a la ciudadanía al centro permitiendo que se beneficie, tenga una mejor experiencia y finalmente permite acercar el Estado a las personas. Por otro lado, un Estado más eficiente y ágil en sus procesos, moderno y digital, mejora la ejecución de políticas públicas y por ende, crea un mayor valor y beneficio social.
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