Fortalecer habilidades emprendedoras en mujeres es indispensable
para su empoderamiento y autonomía económica.

De acuerdo a la CEPAL las mujeres de la región enfrentan barreras mucho más complejas para participar de la economía formal que sus contrapartes en países desarrollados. Entre las causas están escasas políticas públicas y programas de apoyo o de  estímulo a la actividad emprendedora, exceso de normativas y procedimientos, falta de acceso al crédito entre otras. Además, existen diferencias entre ellas en los diferentes países de América Latina y el Caribe. 

El empoderamiento y la autonomía económica de las mujeres son requisitos indispensables para el logro de la equidad de género y se encuentran estrechamente relacionadas con sus posibilidades de participar en el mercado de trabajo.

Según el Reporte Sobre Emprendimiento Femenino: Prosperar en Medio de la Crisis 2020/21, realizado por Monitor Global de Emprendimiento,  esta región cuenta con una de las tasas más altas de participación de las mujeres en la actividad empresarial, con alto crecimiento y participación en el sector manufacturero y de transporte, a menudo dominado por los hombres. 

En efecto, la tasa de mujeres que participan en la actividad empresarial osciló entre el 20% en Uruguay y el 30% en Chile, donde hay la mayor proporción relación mujer-hombre. La escasez de empleo fue la razón más comúnmente citada para iniciar de las mujeres, un 10% más que los hombres. Marcar una  diferencia fue la segunda razón más citada para emprender en Chile y Guatemala.  El informe también señala que las mujeres son menos propensas que los hombres a la hora de crear una empresa.

Las intenciones empresariales de las mujeres oscilan entre el 29,2% en Uruguay hasta un máximo del 50,7% en Brasil. Es importante destacar que la proporción entre mujeres y hombres disminuyó a lo largo de la progresión de las etapas empresariales. Es decir, menos mujeres son capaces de avanzar y desarrollar sus emprendimientos hasta convertirse en dueñas de sus negocios.

Mientras que Colombia y Chile mostraban las proporciones más consistentes entre las mujeres y los hombres en todas las etapas, el estudio sugiere que las mujeres de esos países pueden tener dificultades para traducir sus intenciones empresariales en operaciones empresariales sostenibles.

Según las emprendedoras, la pandemia de COVID-19 representó múltiples desafíos de supervivencia, dadas las restricciones sociales (cuarentenas y cierres). Aunque las emprendedoras han reconocido la importancia de continuar la inversión necesaria, la mayoría ha adoptado una mirada conservadora al interrumpir muchas actividades no esenciales para reducir  costos y  problemas de liquidez.

Las acciones que tomaron muchas mujeres emprendedoras latinoamericanas subrayan la importancia de potenciar la colaboración entre los agentes del ecosistema, así como reforzar la transformación innovadora, digital y tecnológica. Emprender no es siempre un camino fácil, pero con la oportunidad correcta, mucho trabajo y una comunidad de apoyo, puede resultar muy reconfortante. Emprender un negocio propio viene siendo una tendencia mundial en crecimiento desde hace muchos años. Por eso mismo es necesario buscar aliados que permitan que las mujeres se puedan desarrollar de una forma que se acomode a sus estilos de vida, a sus requerimientos y a sus necesidades.

Charly y Seedstars  realizamos un estudio a los emprendimientos liderados por mujeres, con el fin de contribuir en facilitar su trabajo y así puedan alcanzar sus metas más rápido.  ¡Conoce nuestro estudio aquí!